Portugal Colonial - París, nueva vitrina del arte contemporáneo africano

París, nueva vitrina del arte contemporáneo africano
París, nueva vitrina del arte contemporáneo africano / Foto: Quentin Tyberghien - AFP

París, nueva vitrina del arte contemporáneo africano

En una galería de uno de los barrios más elegantes de París, el champán ameniza la inauguración de una exposición de obras contemporáneas africanas. La capital francesa, muchos años a la zaga de Londres y Nueva York, se ha convertido en una gran vitrina del arte africano.

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El beninés Dimitri Fagbohoun, criado en Camerún pero instalado desde hace años en Francia, es uno de los seis artistas expuestos. Una de sus instalaciones, nueve máscaras negras que rodean un corazón rojo erizado de espinas, domina la asistencia.

Es "innegable" que "cada vez más artistas africanos están presentes en Francia y en las galerías parisinas", afirma a la AFP unas semanas más tarde, en su taller situado cerca de París.

"Habría que ser ciego para no comprobarlo", prosigue el artista, al tiempo que reelabora ampliaciones de fotos tomadas durante la presencia colonial francesa.

Detrás suyo, las estatuas africanas tradicionales que transformó completamente parecen contemplarlo.

"Hay un florecimiento de la escena africana en París", comenta Marc Antoine Fortuné, exfutbolista francés convertido en coleccionista de arte, durante la inauguración.

La Galería Cécile Fakhoury, donde se celebró el evento, está situada a pocos minutos de los Campos Elíseos y del "triángulo de oro", donde el lujo se vende y se exhibe, prosigue.

Recientemente se instaló otra estructura dedicada al arte negro y africano. "Este barrio se convierte en un sitio importante para el arte contemporáneo africano", afirma el antiguo deportista.

- Arte que avanza con pasos de gigante -

París venía rezagada respecto a Nueva York o Londres, donde las diásporas africanas apostaron mucho antes por los artistas de sus países de origen, explican los expertos a la AFP.

Aunque la capital francesa acogió varias exposiciones importantes de arte contemporáneo africano desde 2000, su programación demasiado irregular debido a cierta pusilanimidad hexagonal, perjudicó su arraigo, detallan.

"Al comienzo fue una verdadera lucha lograr sobrevivir (económicamente)", recuerda la francesa de origen camerunés Carole Onambélé Kvasnevski, que abrió su galería en París en 2010.

"Me decían: +No hay mercado para eso, no hay clientes, no hay coleccionistas+", recuerda.

Cécile Fakhoury, una francesa que creó una importante estructura hace diez años en Costa de Marfil, luego una segunda hace cuatro años en Senegal, antes de establecerse el año pasado en París, enumera los "pasos de gigante" de un sector que "partía de poco".

El arte africano es "bullicioso y apasionante. Las cosas se organizan poco a poco", comenta entusiasmada.

Para Francis Coraboeuf, su director parisino, "la mirada hacia los artistas africanos cambió. Antes eran víctimas de "condescendencia" y de "clichés", y su arte era percibido como "tradicional", opina.

Pero ahora hablan "de igual a igual con creadores estadounidenses, europeos o asiáticos", se alegra.

Tanto más cuanto que el arte se estructura y crece en el continente africano.

Lagos, Kinshasa o Dakar tienen su Bienal, al igual que Ciudad del Cabo o Marrakech. Las galerías florecen por todas partes y, gracias a internet, muchos artistas lograron hacerse una reputación en línea.

En París, el tema se aceleró gracias al Brexit. Cuando el Reino Unido decidió salir de la Unión Europea, "hubo una repatriación de las actividades en París", subraya la galerista Carole Onambélé Kvasnevski, ya que Francia permaneció en el mercado común en un momento en el que hacer negocios desde Londres requiere ahora un gran esfuerzo, dice.

"Las galerías más grandes abrieron sucursales en París (si ya no las tenían). ¡París brilla!", destaca Victoria Mann, fundadora de AKAA (también conocida como África), una feria dedicada al arte contemporáneo africano que organiza desde 2016.

"París es una ciudad muy bonita, que sabe acoger" a los compradores, observa el escultor Dimitri Fagbohoun. Pero lamentablemente para los artistas, los talleres son escasos y las denegaciones de visados por las autoridades francesas afectan incluso a creadores reconocidos, lamenta.

J.Oliveira--PC