- Para los médicos de guerra en Líbano, la experiencia vuelve a repetirse
- El papa Francisco pide un "alto el fuego inmediato" en Oriente Medio
- Un adolescente de 15 años, apuñalado 50 veces y quemado vivo en Francia
- Violentos bombardeos israelíes en el sur de Beirut, la víspera del aniversario del 7 de octubre
- Mueren dos elefantes en una inundación repentina en Tailandia
- Manifestaciones en el mundo en apoyo a Gaza, un año después del 7 de octubre
- Túnez vota en elecciones presidenciales con Kais Saied como favorito
- Bagnaia gana el Gran Premio de Japón de MotoGP por delante de Jorge Martín
- Miles marchan en apoyo a Gaza en varias ciudades, un año después del 7 de octubre
- Israel, en alerta máxima antes del aniversario del 7 de octubre, promete respuesta al ataque de Irán
- Trump regresa a Butler, la ciudad donde pudo haber sido asesinado
- Irán responderá con "más fuerza" a posible represalia de Israel, dice canciller
- Cuatro migrantes, incluido un niño, mueren al tratar de cruzar el canal de la Mancha
- La activista ecologista Greta Thunberg es detenida en Bruselas durante una manifestación
- Macron pide detener el envío de armas a Israel para su uso en la guerra en Gaza
- Israel emite una orden de evacuación en Gaza por primera vez en semanas
- Aerolínea Emirates prohíbe bíperes y walkie-talkies a bordo tras explosiones en Líbano
- En Carolina del Norte, un valle sigue casi incomunicado una semana después del huracán Helene
- Desilusionados con la política, los jóvenes tunecinos quieren abandonar el país en masa
- Nuevos bombardeos israelíes en Líbano, Hezbolá reporta combates en tierra
- Los niños israelíes supervivientes del 7 de octubre buscan consuelo en la música
- La política exterior expone las divisiones en el régimen iraní
- Biden dice que no sabe si las elecciones estadounidenses serán pacíficas
- Evo Morales trata como "mentira" y "caso cerrado" presunto abuso de menor en Bolivia
- Corte Suprema de EEUU decidirá si bloquea demanda de México contra fabricantes de armas
- Gobierno de Haití condena ataque pandillero "brutal" que dejó al menos 70 muertos
- La justicia europea veta la prohibición de Francia de llamar "filete" a productos vegetales
- La fiscalía argentina pide también sobreseer a los rugbiers franceses acusados de violación
- Zelenski visita en la frontera a las tropas ucranianas que combaten en Kursk
- Spirit Airlines se derrumba en bolsa ante una posible quiebra
- El candidato opositor venezolano en el exilio denuncia que amenazaron a su familia
- Decomisan cuatro toneladas de cocaína en un carguero cerca de Canarias
- La organización ucraniana Femen protesta ante la embajada de Irán en Kiev
- Investigación a Ryanair por el uso de verificación facial tras reservas a través de terceros
- Mauricio celebrará elecciones el 10 de noviembre tras recuperar la soberanía de un archipiélago
- La izquierda presenta la primera moción de censura contra el nuevo gobierno de Francia
- Muere el piloto de un caza F18 al estrellarse en el este de España
- Carballés derrota a Arthur Fils en la segunda ronda de Shanghái
- La pandilla venezolana Tren de Aragua, ¿amenaza o estrategia electoral en EEUU?
- El mercado laboral en EEUU siguió sólido en septiembre
- Toda mujer afgana puede aspirar al estatus de refugiado, dictamina la justicia europea
- Mercado laboral en EEUU siguió sólido en septiembre
- Una batalla electoral muy reñida por el control del Congreso de EEUU
- Corte europea asesta un golpe a la FIFA por ciertas normas sobre fichajes
- Ciudad de México limita a seis meses los alquileres de tipo Airbnb
- Reino Unido abre investigación sobre muerte de los cuatro británicos en yate de lujo frente a Sicilia
- Los trabajadores portuarios de EEUU ponen fin a la huelga tras lograr un acuerdo de principio
- ¿Milei o Bartlet? Similitudes entre el discurso del argentino en la ONU y uno de "The West Wing"
- Lo que hay que saber sobre las elecciones municipales en Brasil
- Vastas inundaciones en Bosnia dejan al menos 14 muertos
Exfuncionarios afganos se reconvierten en las minas del Panshir
En medio del frío glacial de las montañas de Afganistán, Mohammad Israr Muradi cava en la áspera tierra en la boca de una mina de esmeralda. Con un colador improvisado y algo de agua, el expolicía rastrea en busca de gemas verdes.
A su alrededor hay otras decenas de compañeros que buscan la misma recompensa. Las piezas extraídas de las entrañas del valle Mikeni, a unos 130 kilómetros al noreste de Kabul, apenas son más grandes que cacahuetes.
Pero bastante para aliviar la pobreza absoluta de muchos en medio de una catástrofe humanitaria.
"Las esmeraldas que encontramos, las vendemos a 50, 80, 100 o 150 afganis", entre 0,50 y 1,5 dólares, dice Muradi.
No hace tanto, este joven dirigía la unidad antiterrorista de la policía en el vecino distrito de Paryan. Al quedarse sin empleo con la llegada de los talibanes al poder, probó suerte como vendedor de ropa de segunda mano en Kabul.
"No funcionó", dice el hombre de 25 años. Sin otra fuente de ingresos, se vio "obligado" a ir hacia las montañas.
- Un refugio remoto -
Las detonaciones resuenan por todo este valle, a 3.000 metros sobre el nivel del mar, a medida que equipos de artificieros causan explosiones para abrir las laderas de las montañas.
Los habitantes conocían la existencia de esmeralda en esta provincia de Panshir desde hace miles de años.
Pero la extracción sistemática no empezó hasta la década de 1970 y sigue siendo mayoritariamente artesanal. Las esmeraldas encontradas aquí se comparan con las de Colombia, las más apreciadas del planeta.
Cada hueco es propiedad de varias decenas de socios y lo trabaja un equipo de unos diez mineros, cavando túneles de hasta 500 metros de longitud.
Pero los recién llegados quedan relegados al trabajo menos agradecido, tedioso y peor pagado en las entradas de las minas, donde llegan carreteras desvencijadas llenas de escombros.
Es un enorme paso atrás para Gulabuddin Mohammadi, de 27 años, que antes ganaba 35.000 afganis (340 dólars) mensuales en el ahora desaparecido ejército del gobierno prooccidental.
Para llegar a las minas desde el fondo del valle hay que andar dos horas por precarias sendas heladas hasta una aldea de refugios de adobe, abastecida por convoyes de asnos.
Pero su remota ubicación forma parte del atractivo para Mohammadi, un veterano de las fuerzas armadas que buscaba un santuario tras la derrota de su bando frente a los talibanes.
Muchos antiguos soldados y agentes de policía acudieron a estas montañas para tratar de sobrevivir y escapar a potenciales represalias por sus pasados cargos en el gobierno derrocado.
Los talibanes proclamaron públicamente una amnistía, pero grupos de defensa de derechos humanos aseguran que más de 100 personas han sido ejecutadas o han desaparecido.
Pero hasta ahora, la mayor injusticia para Mohammadi es la miseria de este campo.
"Somos tratados como ganado", protesta. "No tenemos un lugar de verdad para vivir, estamos en tiendas. No tenemos agua, ni fuego, ni clínica si enfermamos", continúa.
Pero la hundida economía afgana no le deja muchas opciones para alimentar a los 25 miembros de su familia.
Desde la caótica retirada, los países occidentales han congelado la ayuda internacional y miles de millones de activos afganos en el exterior.
- Regreso a Kabul -
El montañoso Panshir ha sido históricamente un nido de resistencia contra las fuerzas exteriores.
Los muyahidines antisoviéticos es congregaron aquí en los 1980. Y los rebeldes antitalibanes se movían entre sus cretas durante el primer régimen de los fundamentalistas entre 1996 y 2001.
Esta vez, el valle Mikeni no ha escapado a las garras de los talibanes.
La provincia fue la última en caer en septiembre, pero cuando los combatientes islamistas llegaron hubo poca resistencia.
Los nuevos dirigentes subieron hasta las minas días después, recuerda Mohammad Riyah Nizami, antiguo oficial de policía en Kabul que ya trabajaba allí.
Examinaron las manos de los hombres para identificar a los recién llegados por la escasa rugosidad de la piel y detuvieron a unos 20 que posteriormente fueron liberados.
"Nadie les dijo que éramos de la policía, el ejército o los servicios de seguridad", dice Nizami.
Los talibanes buscaban a guerrilleros que se estuvieran movilizando contra el nuevo gobierno.
Nizami se considera afortunado hasta ahora. Su trabajo, garantizado por un amigo, consiste en empujar un carro entre los túneles por un salario diario de casi 4 dólares.
Ahora está de vuelta a Kabul a petición de oficiales talibanes que quieren aprovechar sus habilidades informáticas.
Muradi está listo para hacer lo mismo. Los talibanes quieren reconstruir el ejército y la policía de Afganistán.
Durante años, su trabajo fue perseguir a los nuevos jefes del país. Ahora, asegura, "si me llaman para volver a trabajar, iré".
A.F.Rosado--PC